En la región de Soconusco, Chiapas, los cafeteros pueden disfrutar de esa bebida en todo su esplendor, ya que la denominada «La Ruta del Café» permite conocer el proceso de producción que sigue este grano.
Sumidas en una grave crisis económica por más de 20 años, las haciendas cafetaleras ubicadas en la zona alta de Tapachula, construidas por alemanes, abren hoy sus puertas a los practicantes del agroturismo, ecoturismo o actividades deportivas de alto riesgo. El objetivo del proyecto denominado La ruta del café es apoyar el desarrollo social de las comunidades cafetaleras, con la promoción entre turistas nacionales y extranjeros, de visitas a las fincas donde se produce el grano.
Con al menos dos años de trabajar en la planeación, 13 fincas cafetaleras se unen en este plan, que permitirá la subsistencia de más de 3 mil habitantes de esta región, quienes han trabajado desde siempre en la siembra y cosecha del aromático.
En La ruta del café participan 13 fincas: Hamburgo, Chiripa, Argovia, Violetas, Santa Rita, Lindavista, Perú-París, San Antonio Chicharras, Rancho Alegre, San Francisco, La Granja, Irlanda y La Lucha.
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Cada una de ellas posee una característica especial y una enorme diversidad de atractivos, entre los que se encuentran actividades como montañismo, camping, rafting, paisajismo, rapel y muchas más, además de ofrecer hermosos paisajes, reservas protegidas de animales, flores exóticas y aviarios. Actualmente sólo tres de las 13 fincas ofrecen dichos servicios: Argovia, Irlanda y Hamburgo, que pertenecen al Grupo Aromas de Chiapas, pero cuando esté en operación el resto los responsables del plan esperan albergar una gran cantidad de turistas, lo que generará empleos, una buena imagen internacional del lugar y un impacto social y económico positivo en 10 ejidos, siete cantones y la cabecera municipal.
La finca Hamburgo -ubicada a mil 250 metros sobre el nivel del mar y con un clima que oscila entre los 16 y 22 grados centígrados- tiene más de 100 años de antigüedad y ofrece un programa de descanso, en el cual podrá disfrutarse de una apacible estancia. Fue fundada en 1888 por Arthur Edelmann, originario de Perleberg, Alemania. En ella los visitantes podrán disfrutar del paisaje, ríos, arquitectura y una mezcla de culturas. También se puede aprovechar del recorrido por las plantaciones de café para conocer el trabajo que hay detrás de una taza del aromático.
La finca Irlanda -mil 200 metros sobre el nivel del mar y temperatura anual de 20 grados centígrados- ofrece a los paseantes un recorrido por las plantaciones de café biodinámico y orgánico, además de un aviario con especies en peligro de extinción, como el quetzal, que por primera vez se ha logrado reproducir en cautiverio.
Por su parte, en la finca Argovia, los turistas podrán vivir la experiencia de cuatro generaciones de cafetaleros que trabajan bajo el concepto de la agricultura sostenible, la diversificación y el respeto del medio ambiente, así como recorridos por viveros de flores y follajes exóticos. Conocerás desde la pisca, que es recolectar el fruto de la planta que puede ser árabe o robusto, hasta el tostado del grano que define su sabor.
También podrás disfrutar del amanecer y de avistar aves desde el mirador, al cual puedes subir transportado por un jeep o caminando. En la parte más alta, el volcán Tacaná robará toda tu atención; este se eleva a más de cuatro mil metros y comparte territorio mexicano y guatemalteco.