Una de las maravillas culturales contemporáneas más importantes de México y el mundo está en Toluca.
Es el Jardín Botánico-Cosmovitral, un vitral cósmico de 3 mil 500 metros cuadrados que en conjunto escenifican al Hombre Sol, unido a través de la Vía Láctea con la representación de Andrómeda.
Esta joya fue ideada por el artista mexiquense Leopoldo Flores Valdés, quien inició su diseño y construcción en 1975, inaugurándolo cinco años después, pero consumando la obra plástica en 1990, con la colocación del Vitroplafón.
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La impresionante estructura de hierro forjado, estilo Art Noveau, está compuesta por 500 mil cristales de 28 colores distintos; importados de Países como Estados Unidos, Canadá, Japón, Italia, Alemania, Francia y Bélgica.
Para su construcción, se utilizaron alrededor de 75 toneladas de estructura metálica, 45 toneladas de vidrio soplado y 25 toneladas de cañuelas de plomo. Los trabajos fueron realizados por un grupo de 60 artesanos durante 3 años, en los talleres de emplomados ubicados en ese entonces en el municipio de Lerma.
El tema principal del Cosmovitral gira alrededor de las dualidades y antagonías universales en un juego de luces multicolores. Busca interpretar el tiempo, el movimiento y los fenómenos contradictorios de la materia, la historia, evolución e itinerario del hombre a través de un ciclo cósmico.