México ha ido construyendo con el paso del tiempo una moderna infraestructura turística. En la actualidad es más fácil que nunca ir de un sitio a otro por todo el país, aún cuando el algunas zonas remotas, aún existen graves carencias en servicios e instalaciones. Los Pueblos Mágicos y las grandes ciudades de México, cuentan con eficientes oficinas turísticas en donde los viajeros pueden obtener referencias prácticas acerca de dónde alojarse, comer adquirir productos o acerca de los sitios mágicos de esos pueblos y ciudades. En la mayoría del país, a excepción de las grandes metrópolis como Guadalajara, Monterrey o la Ciudad de México, la vida cotidiana sigue un ritmo más bien lento. Pero esto es en cierta manera un atractivo más, ya que así los pueblos de México, mágicos en su tiempo particular, nos capturan y fascinan.
La época más recomendable para explorar el interior del país, es entre febrero y junio, es decir, antes de que inicie la temporada de lluvias. Si bien en Chiapas, Tabasco Y Veracruz, las lluvias son intensas, en la gran mayoría de México las lluvias no pasan de ser refrescantes chubascos, que se disfrutan en el cálido ambiente, de los mágicos pueblos mexicanos. Noviembre, en cambio, es perfecto para visitar la playa: el clima por ese entonces ya se percibe fresco y los precios de los productos y servicios, han disminuido. Por lo general, el turismo nacional prefiere visitar las playas de México durante los meses de julio y agosto y por supuesto, en los tradicionales “puentes”. Como quiera que sea, durante los meses de septiembre y octubre, conviene tener precauciones si se viaja al Caribe Mexicano, puesto que es temporada de huracanes.
México, generoso en pueblos imperdibles y lugares mágicos, destaca sobre todo por sus encantadoras artesanías. Valiosas técnicas artesanales pasan de padres a hijos en una dinámica de generaciones enteras. El resultado son, por ejemplo, creaciones de alfarería, cerámica, papel ornamental, bordado, latón y arte plumario, capaces de maravillar a turistas y viajeros.
Con relación a los Pueblos Mágicos, la Secretaría de Turismo ha nombrado como tales, a varias de estas encantadoras comunidades de nuestro país. El entorno de cada uno de ellas, está marcado por las influencias culturales prevalecientes en las regiones geográficas donde se localicen. Los Pueblos Mágicos se encuentran dispersos en el territorio nacional de acuerdo a ciertas regiones: Norte, Pacífico, Centro, Golfo y Sureste. Algunos de los Pueblos Mágicos más importantes en el mapa turístico nacional son: Pátzcuaro y Tlalpujahua, en Michoacán; Cosalá en Sinaloa; Tequila, Tapalpa y Mazamitla en Jalisco; San Cristóbal de las Casas en Chiapas: Parras de la Fuente en Coahuila y Bernal en Querétaro.